Artículos Publicados en el CEPMP

 
 BOLETÍN Nº 34 3º TRIMESTRE 2001 
  ETOLOGÍA DEL MONTAÑA DEL PIRINEO
   
   
  OBSERVACIONES CONDUCTUALES DEL MONTAÑA DE LOS PIRINEOS
COMPORTAMIENTO DEL MONTAÑA EN MANADA II.BIS
  Por Sylvie Tarlowski y Toni Meler
   
  INTRODUCCIÓN: Condiciones creadas para evitar conflictos entre los miembros de la manada
 


Para evitar problemas hemos instaurado una serie de rutinas o de hábitos comportamentales en la manada que pasamos a enumerar y que reducen a la mínima expresión cualquier conato de pelea:

  1. Las tres hembras duermen separadas y comen separadas.
  1. La comida se les administra una vez al día y por la noche durante 15 minutos, y se les retira hayan o no hayan acabado su ración. El 99% de las veces se la acaban totalmente. Es un hábito el de retirar la comida al cabo de media hora que, si se realiza a una misma hora y de forma disciplinada desde cachorros, se evitan los problemas con la ingesta de comida.

    Con respecto a las dosis de la comida, cada perro puede variar en función de su metabolismo, edad y época del año. A la hembra adulta solo se le da una dosis de 280 gramos diarios de media, porque tiene tendencia a engordar, y a la hembra joven, de menor corpulencia, toma una dosis de 380 gramos, porque tiene tendencia a adelgazar. Las tablas en las que aparecen las dosis aconsejadas por los fabricantes de pienso son orientativas.

    Para que esta forma de administrar la comida sea efectiva, ni que decir que a los perros sólo se les tiene que dar pienso y ninguna "chuchería" durante el día.

 


Aixa, Cregüeña y el "rey" Roco
Foto Binimeler

Esta forma de alimentar a la Manada con respecto a otras, como el "laisser-faire", permite controlar perfectamente el peso de los animales y detectar rápidamente problemas o enfermedades asociadas a la pérdida de apetito. Los únicos pequeños problemas en la ingesta se suelen producir, y no siempre, en periodos de celos, sobre todo en los machos, y en los días que se anuncia el paso del verano al otoño y del invierno a la primavera.

Los Montañas son animales de una gran memoria y adaptabilidad, como lo demuestra el hecho que el macho joven que realiza visitas ocasionales y que viene con unos hábitos diferentes en la comida, en tan solo 48 horas se adapta al horario y método de administración de la comida de la Manada.
  1. Durante el día el macho adulto, la hembra adulta y la hembra joven HJ1 (Ver boletín nº27) de gran dominancia con respecto a la HJ2, conviven juntos sin ningún problema. La HJ2 (a priori la hembra de baja Dominancia), sólo puede convivir con el macho adulto o con el macho joven. La HJ2 se pelea incluso con la madre o HAD de altísima Dominancia, lo que supuso en su momento, su aislamiento.

    El macho Joven, que viene ocasionalmente a casa, puede convivir con cualquiera de las hembras e incluso, si no hay comida y celos de las perras por medio, con el macho adulto, no obstante..., por precaución y debido a su mayor potencia, está separado del padrastro. Debido a la gran afinidad que siempre ha presentado con la HJ1, sus periodos de convivencia en casa los realiza aislado con ella.

 


Aixa y Alfa conviven perfectamente
Foto Binimeler

  1. Durante los periodos de celos de las perras, están separadas, incluso la hembra adulta con la HJ1 también, al mostrarse muy agresiva la madre con la hija si esta última está en celo. La hembra joven pasa a ser un rival en la reproducción y en la disputa del macho adulto y, lógicamente, esto no lo admite la madre en la defensa por su estatus de líder.

    Es importante tener claro, en el momento que se van incorporando miembros a la Manada, que es posible que parte de ellos puedan vivir juntos, pero que es más "realista" pensar que todos tengan que vivir separados, por lo que creemos que es mejor para todos adoptar una actitud pesimista y pensar que cada incorporación puede acarrear otra división en la zona de vigilancia y que, por lo tanto, si no estamos en condiciones económicas o de espació, no realizar ninguna incorporación, ya que la salud física de los Montañas y nuestra salud psíquica se puede resentir gravemente.

    Con respecto a la construcción de las zonas de exclusión, es aconsejable seguir los consejos de veteranos montañeros y no de constructores de perreras de perros "normales". Un Montaña adulto Macho bien construido y libre de displasia, puede escalar por una pared de dos metros y medio, destrozar cercados metálicos, romper planchas de uralita, subir a "pulso" de su "cabeza" puertas de hierro galvanizado de dos metros y caminar por su filo de 5 cm., no inmutarse ante cercados eléctricos de bajo voltaje y arrancar cadenas ancladas de forma poco seguras en paredes. Es muy importante, dado que suele ser uno de los accidentes mortales más corrientes, que en el caso de estar los Montañas encadenados, la cadena sea corta y que le sea imposible saltar los vallados de exclusión, ya que se puede producir el ahorcamiento.

 


Foto Binimeler

 

  RELACIÓN MIEMBROS DE LA MANADA
 
Nota: Descripción de la Manada en los Boletines 27 y 32).

1. RELACIÓN HERMANAS

La relación de las hermanas que marcó, en su momento, los grandes cambios en nuestra convivencia con la manada y las modificaciones de las rutinas y del espacio de vigilancia, no ha variado en nada; su relación sigue siendo de amor-odio.

Si no estuviesen permanentemente separas, literalmente se matarían, esto no implica, no obstante, que la ausencia de una de ellas deje indiferente a la otra, todo lo contrario, le inquieta y le angustia sobremanera. Incluso pasan de ladrarse y morder los barrotes que les separa, a lamerse entre ellos.

Es muy propio, sobre todo de la HJ1, coger cosas de las que parece celosa y dirigirse a la puerta que les separa de donde salen y entran, y montar guardia con el fin de provocar y molestar a la otra, consiguiéndolo la mayoría de la veces.

Las dos hermanas no suelen poner ningún problema a permanecer encerradas en sus zonas de exclusión. Tienen memorizadas las horas en las que entran y salen de ellas, y montan incluso guardia en las puertas de entrada a esa hora. Nos atrevemos a afirmar que en las zonas de exclusión se encuentran cómodas.

Desde cachorros las entradas a las zonas de exclusión han ido acompañadas de un mínimo premio (normalmente comida, pienso o trozo de pan duro), lo que ha provocado que de adultos no interpreten su exclusión como un castigo, sino como algo natural.

Las funciones de vigilancia, con respecto a los mayores, las realizan muy "relajadamente", con poca iniciativa, salvo cuando estos están encerrados o ausentes, que si que se muestran más responsables.


2. RELACIÓN MADRE-MANADA

2.1. RELACIÓN MADRE -HIJAS

Realmente lo más relevante de la relación de la madre con sus hijas es que ésta se ha equivocado: A la hembra joven, a priori dominante, la ha sometido desde pequeña hasta el año y medio a una sistemática rutina de sometimiento y de marcaje, lo que ha provocado que la joven en ningún momento se le revele.

 


"Cregüeña" se equivocó
Foto Binimeler

Su convivencia de día es perfecta, siempre están juntas. La hembra joven idolatra a su madre y sólo intenta contentarla, provocar que juegue con ella, lamerla y obedecer sin rechistar las órdenes de vigilancia. La rutina de sometimiento que la madre ejerció sobre la HJ1 ha hecho, no obstante, que ésta se muestre insegura y tímida si su madre no está con ella.

La "equivocación" de la madre, o falta de cálculo, ha estado con la HJ2, a priori de baja dominancia, a la cual ha marcado y sometido muy puntualmente, protegiéndola constantemente, y que, a diferencia de la otra hembra, se le reveló al año y medio, produciéndose una gran pelea. Este hecho provocó su separación permanente. Si que es verdad, no obstante, que la madre y la HJ2 se tienen ganas y no pueden convivir juntas, pero nada comparado con el odio-amor de las hermanas.

Las tres hermanas entran por simpatía en celo en el transcurso de una semana, desde el momento en que entra la primera. Cuando una de las jóvenes entra en celo la madre tarda, como máximo, 48 horas en entrar en celo, en cambio las jóvenes tardan incluso una semana. La necesidad de la madre de dominar, de mostrarse como perra Alfa, hace que no pueda consentir más celo que el suyo. Obviamente, en este periodo la madre está especialmente agresiva con las otras hembras.

La madre durante el día, en ningún momento pierde la concentración en la vigilancia y en su dominio territorial, por lo que su carácter se ha endurecido. Cuando encerramos a la madre, la HJ1 hace permanente guardia en la puerta del encierro, hasta que la primera sale. La HJ1 sólo deja de hacer guardia en la puerta para ladrar y sustituir a su madre en las funciones de vigilancia.

 


Aixa hace "guardia"
Foto Binimeler

La HJ2 presenta una fobia innata: El pánico al humo de los incendios. Es una Fobia "Innata", que ningún otro miembro de la camada tiene.

2.2. RELACIÓN MADRE-MACHO ADULTO

El vínculo entre ellos dos, a medida que pasan los años aumenta día a día. Realmente será complicado para el que quede, cuando falte uno de ellos.

La preferencia del macho adulto por "su" hembra se puede comprobar en algo tan evidente como son las montas. Sin atrevernos a hablar de "Monogamia" entre ellos, si que es evidente que el macho la prefiere sin dudarlo a las otras hembras. Al entrar las tres en celo en el mismo periodo, comprobamos cómo el macho ignora a las jóvenes y sólo monta a la hembra adulta.

2.3. RELACIÓN MADRE - MACHO JOVEN

Lo más llamativo de su relación es la autoridad permanente que tiene la madre sobre el macho joven, hayan pasado incluso seis meses de su última visita. En sus visitas ocasionales la madre le realiza un marcaje implacable y él lo acata resignado. Especialmente inflexible se muestra la madre los dos primeros días de su visita.

El vínculo, el apego, el recuerdo es tan poderoso, que tiene su máxima expresión en una fobia "adquirida" por el macho joven. Esta fobia tiene su origen en la entrada de un rayo por la chimenea de la casa de sus propietarios, con él en el interior. Hasta ese momento el perro no tenía miedo a los truenos y relámpagos, sino que los desafiaba y le encantaba salir al exterior para disfrutar de las tormentas, a partir de ese incidente, a los rayos y truenos les tiene pánico. Cuando viene de visita y existen tormentas, la única y eficaz forma que su terror desaparezca y recupere su antigua actitud, es ponerlo con su madre. Su madre le realiza dos llaves de "Judo" y partir de ese momento, siempre al lado de ésta, recupera el placer por pasearse entre rayos, truenos y diluvios.

 


Llave de "Judo"
Foto Binimeler

 

3. RELACIÓN MACHO ADULTO-MANADA

3.1. RELACIÓN MACHO ADULTO-HEMBRAS JÓVENES

El macho adulto ignora a las hembras jóvenes, salvo cuando se tiene que vigilar, que les recuerda contundentemente sus funciones.

El primer año jugaba un poco con ellas, hoy en día prácticamente nunca. Le molesta, no obstante, que la madre se exceda en sus funciones de castigo sobre la HJ1, realizando unos ladridos agudos de "queja" o "malestar" por la violencia gratuita.

3.2. RELACIÓN MACHO ADULTO-MACHO JOVEN

Lo expuesto el año pasado es aplicable a este año. El macho joven "se sabe" el segundo macho, se somete al macho adulto, puede incluso, convivir en el mismo espacio, aunque éste lo ignora completamente. El macho joven realiza exactamente las mismas rutinas de vigilancia del padrastro, pasando por los mismos sitios y con unos puntos de oteaje o vigilancia, perfectamente establecidos.

La salvedad a la normalidad de su relación se produjo en una de las visitas que coincidió con el celo de las hembras. El macho joven estaba en una zona de exclusión y se pudo observar un nuevo ritual entre los dos machos. El celo de las hembras provocó en el joven tuviese un gran estado de ansiedad, a pesar de estar aislado, mostrándose altamente agresivo con respecto al adulto cuando éste se acercaba hacia su espacio de exclusión. El macho adulto al anochecer realizaba un ritual que volvía loco al joven, que consistía en caminar lentamente durante una hora por el exterior del vallado de exclusión, en total silencio, con la Rueda Pirenaica y marcando todos los límites de la zona de exclusión, mientras el joven se volvía histérico.

Este ritual del macho adulto se realizó a la misma hora y de la misma manera, el tiempo que duro la época de celo de las perras. Era una forma de ejercer de forma contundente, su mayor jerarquía sobre el macho, a pesar de este sutil ritual, el macho joven no le guardó ningún rencor a su padrastro en posteriores visitas.

4. RELACIÓN MACHO JOVEN-JÓVENES HEMBRAS

La especial relación del MCHJ con respecto a la HJ1 se mantiene e incluso se fortalece con el tiempo. En cambio con la otra hembra, la relación ha empeorado a pesar de que puedan convivir, no sin producirse al tercer o cuarto día de convivencia, alguna pelea, en la que el macho joven impone sus kilos, pero la relación no es buena. La HJ2 no muestra desagrado por vivir sola en espacios reducidos, podría incluso llegar a vivir en un piso sin ningún problema.

 


Familia "bien" avenida
Foto Binimeler

 

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