El Cachorro Joven pasó a vivir desde el 3 día de su
llegada a casa con la Hembra Joven(HJ2)(de baja Dominancia), que desde
1999 vivía sola, con la salvedad de algunas horas(y no siempre)con
los Machos Adulto y Joven.
Era una hembra que se pasó prácticamente sola dos
años, con lo que la incorporación de un Cachorro macho
a su cotidianidad nos preocupaba un poco. En su soledad la perra
se había vuelto muy recelosa con todos los miembros de la
Manada, incluso con los machos. Siendo como era una perra de escasos
3 años, sus rutinas, actitud (gran pasividad), era de perra
casi anciana. La posible incorporación del cachorro podía
alegrarle la vida. A pesar de nuestras buenas intenciones teníamos
claro que en el caso que la hembra no lo aceptase, el cachorro hasta
su edad adulta tendría que vivir con la otra Joven Hembra
de Alta Dominancia, que formaban el trío con la madre y el
macho Adulto(con la salvedad de las visitas del macho Joven). Esta
solución de emergencia en principio nos molestaba
por: 1. Por la perra joven que vivía sola y 2.porque nos
encontraríamos con 3 grupos, cuando ahora sólo los
teníamos al realizar sus estancias el Macho Joven.
Ch. Aneto con Julia y Judit
Foto Binimeler
Por si nuestras previsiones de convivencia se torcían, todas
las zonas de exclusión estaban construidas, por lo que estábamos
relativamente tranquilos.
La incorporación del cachorro a la manada se realizó
de la siguiente manera. En su llegada encerramos a todos los perros
y dejamos corretear al cachorro por la zona de Vigilancia. Al verlo
y olerlo todos los perros ladraron, pero sin ninguna agresividad,
siendo las perras jóvenes las que tenían mayor curiosidad.
Durante las dos horas que permaneció suelto, los perros
no ladraban si no se acercaba a ellos. Después de esta primera
fase de adaptación, dejamos al cachorro en una zona de exclusión
colindante con la zona de exclusión de su futura compañera.
Dejamos 24 horas al cachorro solo en la zona de exclusión
con la caja con la que realizó el viaje, y con un trozo de
manta del nido de su Camada. Durante estas 24 horas el Macho Adulto
y la hembra Adulta no le hicieron ni caso y lo ignoraron totalmente.
Parecía que con los 5 primeros minutos de sus correrías,
por la zona de vigilancia, tuvieran claro que se producía
una nueva incorporación y punto.
La actitud de las hembras jóvenes si que fue diferente.
Las dos hicieron impenitente guardia a ambos lados de la zona de
exclusión del cachorro; daba la impresión que se lo
disputaban, incluso ni comieron ese día. Estaban las dos
hembras como disciplinadas centinelas, al tanto del más mínimo
movimiento del pequeño.
El cachorro estaba encantado, comía y movía la cola
constantemente. Después de aumentar su aislamiento 24 horas
más, decidimos dejarlo con su nueva compañera, ya
que ni ella ni la otra perra demostraban atisbo alguno de agresividad
hacia él, pero si entre ellas.
El "encuentro" entre el cachorro y la joven hembra fue
de una tranquilidad pasmosa, jugaron un poquito y a dormir juntos
como si tal cosa. La relación entre la perra y el cachorro
es y era materno-filial.
Ada y Ch. Aneto (6 meses)
Foto Binimeler
Sólo en dos ocasiones, en los primeros meses, la "madre"
adoptiva realizó un marcaje severo, con colmillazo incluido,
pero poco más, y la verdad es que en estas dos ocasiones
el cachorro se lo ganó a pulso al ser un provocador y un
molestón. La perra adoptiva demostró en estos meses
una paciencia inusual.
La perra Joven dominante al cabo de unos pocos días comprendió
que el juguete no era para ella y dejó de hacer guardia en
la puerta de la zona de exclusión (no sin disgusto), sin
embargo en los momentos que con posterioridad convivió con
él, su actitud fue más tolerante y maternal que con
las visitas de su hermano, al que no le deja pasar ni una.
En cuanto al Cachorro su vida en la manada es de lo más
feliz, con ninguna preocupación de vigilar, mandar, etc.
Siendo como es un perro de alta Dominancia, que con 6 meses plantó
cara a las hembras adultas, ha adoptado complacido su rol del pequeño
de la casa y está teniendo un desarrollo psíquico
- físico lentísimo. (*Ver Neotenia y características
propias de razas super evolucionadas y con gran capacidad de Adaptación(Boletín
nº32). Con 17 meses todavía rompe todo que pilla
(zapatos, pinzas juguetes, etc.). Realiza perfectamente sus funciones
de vigilancia siempre y cuando esté sólo, y sea "estrictamente
necesario".
Ch. Aneto con 6 meses
Foto Binimeler
Con respecto a los Adultos, el Macho ni caso, sólo cuando
las hembras han estado en celo y el cachorro ya era maduro sexualmente,
el "Jefe" ha marcado en silencio por la
noche la zona de exclusión del Cachorro donde estaba aislado.
Con respecto al Macho Joven, el jefe es más insistente en
el ritual de dominancia con relación al cachorro, ya sea
porque lo percibe como más dominante o porque el otro es
un visitante ocasional.
En los primeros meses el cachorro estuvo algunos ratos con el Macho
Adulto y éste lo único que hacia era lanzar una especie
de gruñido-gemido para persuadirle que no se acercarse; el
pequeño ni caso con lo que el Macho Adulto tenía que
desaparecer a la Azotea donde el cachorro no podía molestarle.
Cuando el cachorro ya tuvo medidas adultas, dejamos de ponerlos
ocasionalmente juntos, por si acaso.
Con respecto a la Perra Adulta, ésta se ha mostrado indiferente,
pero notamos que le tiene "ganas", ya que ella es la super-jefa
y todos tienen que pasar por el aro de su autoridad. Por eso hemos
optado por no juntarles nunca, hasta que el macho esté hecho
y derecho, para aguantar una posible embestida de 50 kilos de mal
genio cuando de asuntos de Dominancia se trata.
El Cachorro al único que le tiene un poco de "manía"
es al macho joven, sobre todo si los miembros de la familia humana
juegan con él, lo acarician, etc. En cambio las caricias
hacia los otros miembros de la manada le son indiferentes y los
digiere bien.
El cachorro es, no obstante su carácter anárquico,
de una obediencia exquisita y de un escrupuloso respecto hacia los
miembros de la familia humana, y eso que sólo ha recibido
una torta en el Morro cuando se le pilló in fraganti comiéndose
una caja eléctrica del jardín.
Aixa y Alfa "atentos"
Foto Binimeler
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